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Todo va a cambiar

Cuando un político nos promete que subiendo los impuestos a las grandes corporaciones se van a recaudar X miles de millones que ayudarán a mejorar o mantener los servicios del Estado del bienestar lo hace partiendo de una premisa falsa, la de que no se van a producir otros cambios, es decir, que esas grandes corporaciones seguirán teniendo similares niveles de facturación, que no se reducirá el número de empresas en el país, que se mantendrán las inversiones, etc. Lo mismo sucede, por ejemplo, cuando nos dicen que gracias a una determinada reducción de costes se van a poder cumplir los objetivos de déficit establecidos. Este tipo de predicciones asumen el principio “ceteris paribus”, que en latín significa “las demás cosas igual” o “el resto permanece constante”. Es decir, esas predicciones se cumplirán en la medida en que no se produzcan otros cambios.

El recurso “ceteris paribus” se emplea de forma habitual en las distintas ramas científicas para realizar predicciones y estudiar situaciones complejas donde interesa comprender la influencia que una determinada variable ejerce sobre dicha situación. Así sucede en los ejemplos expuestos o en otros cientos de estimaciones y usos: cuando se dice que en los próximos 5 años la economía experimentará un crecimiento del 3%, cuando se calcula el aumento de temperatura de la Tierra en la próxima década, los empleos que se perderán a causa de la robótica, el futuro envejecimiento de la población española o el impacto de una posible salida de la UE por parte del Reino Unido.

Sin embargo, la realidad es que todo cambio en una variable provoca cambios en muchas otras, algunas predecibles y otras totalmente inesperadas. Por ello, muchas de las predicciones, sobre todo si se hacen a largo plazo, suelen fallar. Por esa misma razón tenemos habitualmente la impresión de que los políticos nos fallan, nos mienten, o ambas cosas a la vez. El caso es que no dan una.

En las próximas décadas vamos a asistir a una auténtica revolución en el campo de la genética, la robótica y la tecnología en general, que vendrá acompañada de extraordinarios cambios sociales como masivos movimientos migratorios, aumento de la superpoblación y un desmedido desplazamiento de las personas desde zonas rurales a gigantescas urbes, todo ello unido a retos colosales como frenar el cambio climático. Unos cambios que van a provocar muchos otros en cadena, que van a producirse a velocidad exponencial y que van a generar enormes impactos en nuestros paradigmas, que nos obligarán a replantearnos el mundo tal y como lo conocemos, nuestras relaciones sociales y laborales e incluso nuestras creencias, principios y valores.

Me gustaría que en este blog mirásemos hacia ese posible futuro y reflexionemos sobre política, ciencia, tecnología, cultura, religión, ética, derechos y libertades pensando a largo plazo, en lo que puede venir –en lo que de hecho ya nos dicen que va a venir- y en cómo vamos a afrontarlo. Como dice el científico Riccardo Sabatini en relación con lo que podremos lograr cuando tengamos un conocimiento más profundo del genoma humano, “tendremos que plantearnos decisiones a las que no nos hemos tenido que enfrentar jamás: sobre la vida, sobre la muerte, sobre la crianza de nuestros hijos. Es una revolución que no puede quedar confinada al mundo de la ciencia o la tecnología. Esta debe ser una conversación global. Tenemos que comenzar a pensar en el futuro que vamos a construir como humanidad. Necesitamos interactuar con creativos, con artistas, con filósofos, con políticos. Todo el mundo debe involucrarse porque hablamos del futuro de nuestra especie. Debemos abordarlo sin miedo, pero entendiendo que las decisiones que tomemos en los próximos años cambiarán el curso de la historia para siempre”.

El objetivo de este blog es que podamos pensar juntos en los cambios que nos esperan, sin miedo, de forma reflexiva y abierta. Porque los cambios se van a producir y todo lo demás no va a permanecer inalterable, van a ser cambios donde “ceteris non paribus”. De nosotros depende adelantarnos y estar preparados para adaptarnos a dichos cambios cuando llegue el momento. El futuro es un viaje apasionante pero un viaje que conviene planificar.